Pararte pensar en el momento en el que empezó todo, y no
encontrar el momento en el que puede acabar. De un día para otro puede
esfumarse esto que tenemos, y puede que no nos demos cuenta. Si estamos cerca
no hay problema alguno, pero no siempre estamos cerca, y la distancia impide
demasiadas cosas. Puede que tenga que hacerme a la idea de una vez, puede que
tenga que empezar a acostumbrarme a no tenerte. A veces siento que esto no es
nada más que un montaje en mi cabeza, pero por suerte puedo tenerte de vez en
cuando y saber que esto merece la pena. Intentarlo, eso estamos haciendo, y
funciona. No puedo decir que eres mío, pero puedo decir que me has pertenecido
dentro de esas cuatro paredes. Esas paredes que desaparecen y se hace un mundo
cuando estamos solos. Imaginar, me gusta hacerlo, me gusta verte en mi cabeza y
seguidamente tenerte conmigo, y ver que todavía no estoy enloqueciendo. Parar
un momento el tiempo, tirarte en el suelo, apoyar tu cabeza en las rodillas y
pensar lo que tienes ahora, y lo que esperas poseer algún día. Sonreír y ver
que hay cosas por las que merece la pena mirar hacia delante. Mirar el pasado y
aprender de los errores. Creer en tu futuro que nunca llegará, pero soñarlo,
una y otra vez. Querer, y no dejar de hacerlo nunca.
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