martes, 11 de junio de 2013

Quien no arriesga, no gana.

¡Arriesga! me dijeron, ¡quien no arriesga, no gana! me insistieron, y bien, así lo hice. Arriesgué una vez, y otra vez, y otra, y así siempre que he podido. No siempre he ganado, pero tampoco siempre he perdido. Es ahí cuando te vas dando cuenta de que merece la pena y que no. De que vale la pena intentarlo. De que no te saldrá a la primera, pero la vida siempre te da otra oportunidad. Y que de si de verdad te importa, que arriesgues una vez más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario